A mí que tengo la luna en acuario, esa que dice "mi casa es el cielo" (ponele, como para empezar por algún lado)
siempre me dieron ganas de vivir lejos de todos los que conozco, en cualquier lado. Siempre amé el concepto de barrio como un espacio grande que habitamos de a muchos.
Siempre me dieron claustrofobia las casas
y las familias
Me gustan las ventanas que están siempre abiertas
me gusta tomar mate en la vereda
charlar con desconocidos
Y de pronto
cuando la casa se vuelve una trinchera nocturna y el barrio una especie de misterio tenebroso al que hay que escuchar toda la noche
No poder basar mis acciones en la confianza
me revuelve de impotencia.
Y de pronto
no tiene sentido que la gente con que trabajo todos los días viva a 20 minuntos 40 minutos 6o minutos de viaje
Que mi familia viva a dos, cuatro, seis horas de micro
Cuándo vivir entre pares se volvió vivir mirando de reojo?
Me niego me rehúso total, salvajemente a amurallarme y convertirme
por resignación, falsas adultez y cordura
en ese vecino sin ganas de conocer a los demás al que siempre
siempre odié
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